3.4.11

Historias robadas

Quisiera continuar con el tema tratado en el post anterior y hacer ahora un recorrido adicional, considerando en esta oportunidad las implicaciones que las adopciones ilegales tuvieron también para los propios niños robados.


Efectivamente, como bien señala Carolina Álvarez, las monjas, los curas, los médicos y las enfermeras involucrados en esta trama de adopciones ilícitas jamás se detuvieron a pensar en el sufrimiento que ocasionaban a los padres biológicos de los niños, y mucho menos aún en las repercusiones que tales adopciones tendrían en la vida de estos niños.

Los testimonios de los que da cuenta el diario El País, proporcionados por los ahora adultos víctimas de estas adopciones, son muy variados. Por una parte, están aquellos que tuvieron la suerte de tener unos padres adoptivos amorosos, quienes incluso acertadamente les hablaron de su condición de niños adoptados. Por otra parte, los que eran adoptados con el único propósito de que posteriormente pudieran actuar como cuidadores de sus propios padres adoptivos. No obstante, en todos los relatos hay un elemento en común, esto es, la vivencia de que una parte importante de su vida les fue arrebatada: la historia de sus orígenes.


Para la mayoría de estos niños adoptados irregularmente, preguntas legítimas como ¿de dónde vengo?, ¿quiénes son mis padres biológicos?, o ¿por qué me entregaron?, no tienen respuesta. Porque los únicos dueños de esa información han venido a ser las personas que traficaban con estos niños.


La adopción es un proceso legal que permite a los niños que por alguna razón perdieron a sus padres o que fueron entregados por estos, la posibilidad de acceder a una familia y, al mismo tiempo, da a unos adultos la oportunidad de hacer realidad su deseo de ser padres A nivel psicológico, tanto para los padres como para los hijos, es ese deseo, más el amor originado a partir de él, lo que permitirá que se establezca un vínculo entre unos y otros. La garantía ofrecida desde los organismos que se encargan de tramitar la adopción, basada en la mayor transparencia posible en todos los aspectos del proceso, estaría orientada a fomentar este vínculo.


El niño adoptado, como todo niño, se pregunta siempre por su lugar en el deseo de los padres. Necesita asegurarse de que él ocupa ese lugar de hijo para los padres, y al mismo tiempo tiene el derecho inalienable de saber sobre sus padres biológicos, de conocer su historia, de que sus preguntas no queden sin respuesta.

4 comentarios:

  1. ingrese en Cruces el 5-9-66, con el fin de dar a luz a mi primera hija, alli estuve hasta el 27 , dia en el que se me hace una cesarea, yo senti la niña, asi lo dcen los informes, pero a la llegada de mi esposo le dicen que la niña nacio muerta, en los pspeles pone que vivio unos minutos, no la vimos, no la enterramos, no sabemos de que murio,no esta registrada en el cementerio, solo pido a la justicia que aligere los tramites estoy desecha y siempree supe que mi niña no habia muerto.Porque se le nego a mi marido el dercho como padre a inscribirla y darle santa sepultura, eramos un matrimonio joven con muchas ilusiones y nos las mataron con este atropello, pido justicia para mi hija.

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  2. Gracias por compartir tu historia. Realmente es terrible y profundamente doloroso, no hay peor duelo que aquel que se hace por los hijos, y aun peor si ni siquiera se nos permite hacer un duelo real. Esperemos que efectivamente se haga justicia.

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  3. KE+DA - NIÑOS ROBADOShttp://youtu.be/fnM_fl9LQBc

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  4. Una canción que expresa el dolor de estas historias, gracias por compartirla.

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