27.5.10

El apoyo familiar

El 12 de mayo de este año, la prensa informaba acerca del estudio la importancia de la aceptación familiar para la salud física y mental de los jóvenes gays, lesbianas, transexuales y bisexuales desarrollado en San Francisco. Las conclusiones son aplastantes: el rechazo familiar por la identidad sexual multiplica por ocho el riesgo de suicidio. Es decir, que parte importante del futuro del jóven está escrito desde lo que la familia haga con  la noticia de su orientación sexual.
Aunque la investigación relacionaba familia y jóvenes en el ámbito de la sexualidad, la clínica enseña que en otras variables como autoestima, autoconcepto, psicopatología o fuerza yoica, el papel de la familia es fundamental.
Cuando en el espacio psicoterapéutico se escucha el sufrimiento humano, aunque la queja se ubique en el presente y en hechos puntuales de la cotidianeidad más cercana, siempre resuenan secuelas de la historia personal, y el apoyo, el rechazo, el abandono, la aceptación, el amparo o el amor que se hayan  vivido en la casa infantil se mantienen como sostenedores de la visión adulta y como formatos para, más adelante, enfrentar las dificultades diarias.  
Los padres son la primera referencia del mundo y los creadores del guión que nos explica como personas. Ese guión se reelerá a lo largo de los años y se repetirá en otros escenarios, en otros contextos.
Porque unos padres que han aceptado la particularidad de su hijo, que privilegian las características distintivas de éste como sujeto por encima de su deseo específico, acogerán cualquier noticia sobre la orientación sexual de su descendiente con aceptación.
Por el contrario, unos padres que anteponen su deseo por encima del de su hijo, que tienen un esquema fijo sobre quién debe ser éste, entenderán la orientación sexual o cualquier otra característica diferencial como una desviación y como una ataque.
Los hijos son nuestra hechura, pero no nuestra propiedad, y esto incluye todos los ámbitos: también la orientación sexual.