7.10.09

El aborto desde una mirada más íntima (I)

Un artículo publicado en el diario “El País” el día 26 de septiembre reseña: “Según datos de 2007, en España se produjeron mas de 10.600 embarazos en chicas menores de 18 años y de las 112.138 interrupciones voluntarias del embarazo realizadas ese año, 6.273 se produjeron en menores de 18 años (500 en menores de 15 años)”. Tras su lectura, lo primero que uno se pregunta es por qué no se da un uso efectivo de los métodos anticonceptivos en una época en la supuestamente circula libremente tanta información al respecto. También se convierte en un interrogante el cómo actualmente están viviendo los jóvenes su sexualidad y sobre si existe realmente apertura y comunicación para hablar sobre el tema con padres y maestros.
No pretendo hacer disertaciones filosóficas en pro o en contra del aborto, sino reflexionar sobre lo que esta decisión supone, para la mujer, en un plano más íntimo y personal.
El hecho de interrumpir voluntariamente un embarazo no es una decisión fácil y usualmente el aborto es vivido por la mujer como una pérdida importante, aun cuando racional y emocionalmente ella tenga la certeza de que está eligiendo la mejor alternativa.
En ese sentido, en la consulta atendemos tanto a mujeres para quienes el aborto se convierte en algo absolutamente imprescindible para poder sostener su proyecto vital como a otras que sienten que por sus condiciones de vida actuales no pueden hacerse cargo de un hijo. Para unas y para otras, lo difícil y doloroso del aborto resulta secundario ante lo apremiante de su situación particular. Por el contrario, para otras mujeres, el aborto está cargado de mucha culpa, suelen preguntarse cómo hubiera sido ese niño, piensan en la edad que tendría y lo que podrían estar haciendo en ese momento con él y se preguntan con mucho temor si después, cuando así lo deseen, podrán tener otros hijos. También encontramos a aquellas mujeres que ante la decisión tomada llegan a presentar ideación suicida, o a romper sus vínculos de pareja o familiares. Todo el espectro anterior de respuestas ante un mismo hecho, indica que, evidentemente, el aborto es algo que necesita ser tramitado y elaborado con ayuda profesional, sea cual haya sido la justificación que haya conducido hasta él.