31.10.10

El niño y su síntoma

En la última publicación de INFOCOPONLINE se dedican varios artículos a un tema de suma importancia: la salud psicológica en la infancia y la adolescencia. En general, se cuestionan los tratamientos exclusivamente farmacológicos y se destacan los beneficios que la terapia aporta tanto a los niños como a sus padres en lo que se refiere al alivio del sufrimiento psicológico.

Comprender los alcances del malestar psicológico, como ya he comentado en otras oportunidades, a veces parece complicado. En el caso de los adultos, se suele asumir que detrás del conflicto padecido se esconde una falta de madurez o de fortaleza de la persona sufriente para afrontar los dilemas de la vida diaria. En lo que toca a los niños, en muchas ocasiones, pareciera que los adultos que los rodean los consideran incapaces de razonar. Se habla de ellos como si no estuvieran presentes “porque no entienden” o no se les explica lo que sucede o se les miente para que no sufran. Sin embargo, los niños, incluso los más pequeños, sí escuchan y sí entienden que algo va mal aunque no logren explicar qué es lo que piensan o sienten.

Muchas de las manifestaciones sintomáticas de los niños: enuresis, intranquilidad, mal comportamiento, falta de motivación escolar, fobias, encubren un conflicto sobre lo que el niño no puede dar cuenta directamente. Por este motivo, como sucede con los adultos, la medicación lo que hace es apaciguar el síntoma, en el mejor de los casos, pero sin resolver, obviamente, lo que está detrás del malestar, el origen del problema.

Como en el caso del adulto, el escuchar qué es lo que quiere decir un niño con su síntoma, es el punto de partida del proceso psicoterapéutico. Un proceso que tiene su propia dinámica, pero que se sostiene en el hecho de que también el niño que viene a nuestra consulta es un sujeto particular y, por lo tanto, hay que tratar caso por caso, develando así el punto que, aunque parezca aliviado, tiende a encubrir la medicación.

2 comentarios:

  1. Ahora está de moda medicar a cualquier niño diciendo que padece TDA. ¿No es eso una burrada?

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  2. Efectivamente, en lo que planteas hay dos elementos sumamente importantes: en primer lugar,el diagnóstico. De un tiempo para acá se tiende a diagnosticar TDAH de manera indiscriminada, ignorando además los efectos secundarios que conlleva el uso de la medicacion. En segundo lugar, al recurrir solamente a la medicación se deja de lado al niño, y no se apunta a lo que es la causa del síntoma.

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