Recientemente, el diario El País publico un artículo titulado "La ideología del miedo”, en el cual se hace referencia al libro de Joaquín Estefanía “La economía del miedo”. Es un escrito realmente interesante pues ciertamente conceptos como la incertidumbre y el miedo, que corresponden más bien a la psicología, se utilizan en la actualidad en otras áreas - entre ellas, la economía - para explicar los efectos de la crisis y para denunciar lo que llaman “dictadura de los mercados”.
La “dictadura de los mercados” viene a ser un poder fáctico que carece de rostro (a diferencia de los regímenes dictatoriales). No obstante, y al igual que los tiranos de carne y hueso, tienen capacidad y fuerza para infundir miedo en la colectividad.
Hoy en día, tanto en los reportes de las encuestas sociales, como en los relatos de los sujetos particulares que asisten a la consulta, el temor al paro, al subempleo, a la marginación económica y social, son temas centrales. A todos nos toca directa o indirectamente, generándose un importante monto de angustia. La depresión y la desesperanza también irrumpen en este escenario.
En otro artículo, José Antonio Zarzalejos va un poco más allá y habla de "Los españoles y la enfermedad del miedo”. Dice: “Constatada la enfermedad psíquica colectiva de los españoles -el miedo-, determinadas cifras complementarias certifican el diagnóstico: el 28% de los encuestados confiesa que su calidad de vida se ha deteriorado, debido a que sus ingresos son menores o su salud peor; el 44% sufre más estrés y tensión que hace 24 meses y más de la mitad asegura haber tenido que renunciar a ocio, vacaciones o costumbres gratificantes”
En este punto, es necesario hacer una separación entre la crisis colectiva y la crisis individual. Hablar de “enfermedad psíquica colectiva”, puede llegar a confundir al asumir que la vivencia del miedo y las repercusiones de esta emoción son iguales para todos los españoles.
En el plano social es importante entender, tal y como escribe Joaquín Estefanía en su artículo, qué es lo que está detrás de este “miedo” para, a partir de allí y en conjunto, poder hacerle frente de una manera razonable. Se trata de evitar que el pavor y la desesperanza conduzcan a la rabia social. Es preciso dirigir las protestas hacía esos “fabricantes del miedo”, crear conciencia social y favorecer los lazos de solidaridad para encontrar otras vías a esta crisis.
En el terreno personal, el trabajo es otro. La crisis, el miedo y la incertidumbre mueven en cada sujeto en particular elementos que tienen que ver con su propia historia. Por eso, cuando habla cada sujeto, la crisis y el miedo tienen muchas aristas. Para unos, puede ser un punto de inflexión que genera en el sujeto un proceso de reevaluación de su proyecto de vida, convirtiéndose la salida a la crisis en un nuevo reto. En el extremo opuesto, para otros, se convierte en un punto de quiebre, al convertir un momento crítico vinculado a las condiciones sociales, en una crisis mucho mas íntima y estructural.
El miedo y la incertidumbre nos tocan, tanto en lo social como en lo personal y sobre ello tenemos que reflexionar, trabajar y buscar otras salidas, para no terminar sometidos, pasivos y paralizados.
Escrito por: Marisol Valado Rodríguez
Nosotros, venezolanos y europeos españoles, y venezolanos refugiados y
residentes en España, solicitamos al gobierno de España una actuación
rápida y categórica para preservar la vida y lograr la liberación de Luis
Carlos Díaz, periodista y activista por los derechos humanos en Venezuela,
quien además es un ciudadano español.
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Excelentísimo Don Josep Borrell Ministro de Asuntos Exteriores, Unión
Europea y Cooperación Gobierno de España Madrid.- Nosotros, venezolanos y
europeos es...
Hace 5 años
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